domingo, 10 de abril de 2011

Y dos primaveras después....








Por éstas tierras quasi-eslavas ya empezó la primavera y a poco aprendo las diferencias que hay con la metamorfosis que me tocó vivir hace dos años en Canadá, durante el primer equinoccio que pasé en tierras nórdicas.


En Rumanía no estamos tan al norte y por ello se cultivan viñedos en casi todos los jardines de las casas: como en la de la Señora Manuela quien me enseñó que una semilla de uva requiere de tres años para sacarle el primer mosto, y entre las platicas a paso lento por su jardín, esa mañana se convirtió en tarde y fuimos explorando las primeras raíces del cultivo anual: primero noté que entre las hortalizas que había en el huerto, los retoños del ajo eran de un verde más fuerte y se erguían más erizados que las hojas de la cebolla, nunca había visto esas legumbres nacer, se parecían demasiado, seguro que un ojo despistado las daría como simples juncos o hasta podría confundirlas entre sí; la Señora Manuela las ubicaba por que desde el principio del año, en el lado derecho del sauce plantó ajo y del izquierdo cebolla, el árbol abrazaba desde en medio todo lo que crecía en el vergel, ese sauce aún era joven aunque ya tenía sus cuatro metros y sus cinco años, abajo de él, en las faldas más próximas del Copac ( que por influencia albanés así se dice árbol en rumano) se asomaban con timidez los dientes de león, que aquí los usan para hacer un menjurje y darle un sabor acidito a las ensaladas, que en nuestra cocina vendría a ser como el ineludible gusto de nuestro limón, ¡pero esta relación no fue la que más me sorprendió!






¡Anda tú a saber! :Doña Manuela me dijo que cada seis meses se prepara sus dulces de membrillo con aquella fruta que me bajo del árbol: parecía una guayabota con la piel de una manzana amarilla, yo ese cuento de los dulces de membrillo me lo sé, pero nunca hube visto uno, y no lo creí de autoria rumana, por eso le conté de Chapala y de Ixtlahuacán de los Membrillos, de la Feria de Atotonilquillo, de Atequiza y de Juanacatlan, de donde es mi abuela Carmen y sus antepasados; pero ella me dijo con una seguridad que convence , que éste fruto no le pertenece al nuevo mundo y que ya hacía tiempo se cultivaba en las orillas del mar negro, primero por Arios y luego por Griegos; yo quede boquiabierto y sentí que los pájaros me hablaban y los pude entender por vez primera en su jardín: el canto del gorrión es polifónico y efímero, parece tener tres orificios que conectan su laringe, uno por donde engulle y dos por donde sólo canta afinados en octavas diferentes, aprendí a relacionar que esos pájaros eran los gorriones, los que se ven en toda la ciudad y siempre se les ve en grupos entonando a ras de suelo como bajando cantos celestes, y así lo hicieron aquella tarde con el mensaje del membrillo que me iluminó, mas otro canto se escuhó en el huerto, Doña Manuela dice que así es la voz del Ciocarlie, ese gorjeo nunca lo hube escuchado, estoy seguro, no era como el del ruiseñor que se paraba entre el viñedo, quien también hizo alarde de de su instrumento, éste pájaro es un Alondra: sólo canta volando y cuando detiene el zumbar de sus alas y baja para picotear las semillas que por ahí encuentra, uno siente el vacío del silencio que deja el final de la danza húngara de Brahms.






La señora Manuela es de ascendencia Magyar, es la esposa de Don Gabriel y la mama de Mihái, el hijo único, un buen muchacho con quien cada lunes después de las cinco de la tarde, al son del café, las galletas y el hogar, comparto vivencias y le corrijo su español.

Existen más seres que se pasean por acá, mas uno no puede describir todo lo que se ve: es muy bonito mirar la primavera por toda la ciudad, los que más la pintan son los Corcodusi, árboles con tronco obscurísimo y unas pequeñas flores que lo tapizan todo de un blanco como inmaculado: el olor del árbol de Mirabel todavía no se puede mandar por correo, pero unas fotos sí.

1 comentario:

  1. No conocía este árbol, me encanta sobre todo por las flores blancas. Me gusta mucho cómo cuentas las historias, voy a seguir tu blog, amigo, gracias por haberte sido útil. Para algo sirve los blogs... Qué bueno, un placer
    conocerte. Un abrazo.

    ResponderEliminar